Boca – Racing. Menuda propuesta para la semifinal del sábado. Pura historia. Un clásico. Y con morbo incluido por el cruce de Battaglia y Gago. Y la presencia de Edwin Cardona con la camiseta albiceleste. No podía haber mejor partido posible.
Racing fue Disneylandia en Avellaneda ante un Aldosivi que nunca dio la talla. A Boca le costó más. Primero, porque Defensa es más que Aldosivi aunque no hay mostrado su ADN y luego porque el Xeneize convive con sus propios fantasmas. ¿Son medida los rivales de cuartos para evaluar qué puede pasar entre Boca y Racing? Hay que tener cuidado con eso.
Boca cambió murmullo por aplausos de sus hinchas con los cuatro triunfos consecutivos entre Liga Profesional y Libertadores. Foto: MARCELO CARROLL – CLARIN
El fútbol es traicionero y una mala tarde o una buena noche puede tenerla cualquiera, aunque pase por una racha floja o transite en plenitud. Que es un partido aparte, vamos. Y que lo que ocurrió anoche hay que tomarlo con pinzas. Es mejor hacer el juego de espejo y mirar a cada uno por sí mismo y en ese plano sí, Racing hoy es mejor que Boca. Lo cual no garantiza nada.
La tiene Romero y no se acerca nadie o nadie va al espacio. O van esporádicamente. Y la tiene Pol Fernández y pasa lo mismo. O Varela, cuando sale desde el triángulo cuando se la dan Rossi o los centrales. Es decir, Boca “mira” demasiado el partido. Lo gana, como anoche, por peso específico. Y como tantas veces porque tiene a Villa. ¿Qué sería de Boca sin Villa?, ¿quién hace el desequilibrio?
La frescura del mediocampo y el buen momento de sus delanteros hace ilusionar a la Academia. Foto: Rafael Mario Quinteros – Clarín
Al revés, ante Aldosivi -y en los últimos partidos- Racing mostró que alcanzó velocidad crucero. El que la tiene dispone de dos o tres opciones de pase, al pie o al espacio. Y en las dos bandas. En el Cilindro este martes se lució el tridente Mura-Rojas-Miranda pero puede ocurrir también sobre el otro lateral. Además tiene una novedad que sólo River puede ofrecer: volantes con llegada al gol, como Carlos Alcaraz.
Boca no tiene a ninguno que vaya a atacar al área dónde todo se reduce a Benedetto. Rareza, el gol de Ramírez, el primero de un volante de Boca en el torneo.
Encima, Racing está en “estado de gracia” y todo lo que toca es oro. Contra Aldosivi, todo lo que intentó le salió. Boca, en cambio, a veces tuvo una pierna rival en el camino, un pase errado por centímetros. Esas cosas que ocurren en un partido. Esas que a veces definen los duelos parejos como el que se viene entre los dos gigantes del fútbol argentino.
