Aunque el Capitán América es un icono de la libertad y defensor de los más desfavorecidos, Steve Rogers tiene un pasado cargado de momentos traumáticos
El Capitán América es único en Marvel Comics, ha comandado dioses solo con su voz y es alguien con quien todos querrían contar en una batalla. Pero aun con toda su grandeza, debajo de la máscara hay un hombre que ha vivido una larga vida, y a menudo dolorosa. Al vivir una vida adulta separado de todos los que conoció, el Capitán América es un héroe solitario, que encuentra consuelo y sentido como campeón y protector de los oprimidos.
Gracias a las adaptaciones cinematográficas del UCM, a mayoría de la gente ve a Steve Rogers como una persona con fuertes valores y una voluntad de hierro, pero aunque Steve sea una persona profundamente moral e idealista, las películas no han han mostrado su trágica infancia, que es de donde surge esa necesidad de luchar por aquellos que no pueden luchar por sí mismos.
Nacido en 1920, el 4 de julio, Steve Rogers sufrió una enfermedad no especificada desde muy joven, y perdió a sus dos padres a temprana edad. Indignado por el régimen de Hitler, Steve pasó a la historia al ofrecerse como voluntario para el Proyecto Renacimiento, del que surgió como un supersoldado, con su cuerpo y su mente mejorados hasta la cima del potencial humano. Steve luchó en el frente de la Segunda Guerra Mundial como el Capitán América, ayudando a aplastar el régimen nazi, antes de ser herido por el Barón Zemo, terminando congelado en el hielo durante décadas, sólo para ser despertado en la época moderna como un renacido Centinela de la Libertad.
Pero las mayores batallas que tuvo el Capitán América ocurrieron en su infancia, acosado por otros niños debido a su condición, y por un padre abusivo y alcohólico que a menudo atacaba a su familia. Durante esos momentos, la madre de Steve, Sara Rogers, lo protegía físicamente de su padre, enseñándole explícitamente a defender a los más débiles que él y a levantarse siempre después de haber sido derribado por un matón.
Aunque muchos superhéroes tienen problemas no resueltos con sus padres, lo que podría considerarse un cliché de la industria, la violencia que sufrió el Capitán América en la juventud va mucho más allá que la mayoría de las representaciones. Pues jamás permitió que su traumático pasado definiera su futuro al convertirse en un símbolo de la libertad y, además, es increíblemente significativo su actitud ante los matones de todo tipo, especialmente para contextualizar los valores que aprendió de su madre.
Puede que en el UCM no se haya mencionado su traumática infancia, pero sí que transmitió de una manera soberbia la actitud de Steve Rogers contra los abusones. Su frase de «aguantaría todo el día» es una muestra de ello y sin duda una de las más míticas del UCM.
