Rocío Flores, hija de Rocío Carrasco, se ha sometido a algunos retoques estéticos mientras disfruta de sus vacaciones en Málaga. Así, la joven de 25 años se ha puesto en manos de la Clínica Dr. Guidi para inyectarse ácido hialurónico en los labios además de pincharse bótox en la frente y en las ‘patas de gallo'.
Rocío ya había utilizado el bótox antes para paralizar ciertas arrugas del rostro, concretamente en la zona del ceño, la frente y las ‘patas de gallo'. Por eso, ha vuelto a pincharse toxina botulínica para mantener el efecto del tratamiento que borra las arrugas de expresión. La joven también ha querido retocar sus labios, realzando el volumen y el contorno de estos. Así, ha optado por el ácido hialurónico, conocido por su baja durabilidad -unos 6 meses- otorgándole un resultado reversible.
Además, la hija de Rocío Carrasco ha aportado vitaminas a su cara mediante Dermapen, una novedosa tecnología que proporciona vitalidad a la piel ya que le hace generar colágeno y, así, redensifica el rostro.
“Me he hecho relleno de labios con ácido hialurónico, vitaminas con ácido con Dermapen y bótox en la frente y patas de gallo” ha asegurado la ‘influencer' en su cuenta de Instagram.
En su tratamiento facial contra el envejecimiento prematuro, Rocío Flores ha confesado ser “superquejica con las agujas” por lo que ha preferido que le pusieran anestesia y, de esta forma, realizar las técnicas “sin que le doliera nada”.
La joven parece haber quedado satisfecha tras agradecer al doctor el trabajo realizado. Aun así, el resultado natural podrá observarse en los labios y contorno con el paso de los días ya que recién inyectados puede notarse una inflamación muy visible en el grosor.
