El brasileño, campeón junior del US Open 2018, causó la noticia de la jornada en el Grand Slam parisino al sacar al dos del mundo.
El brasileño Thiago Seyboth Wild se convirtió en el muchachito de la película en el día 3 de acción en Roland Garros. Es que el 172 del ranking de la ATP eliminó al ruso Daniil Medvedev, dos del mundo y uno de los grandes favoritos a ganar el certamen luego de su conquista en el Masters 1000 de Roma, en un partido de la primera ronda. Fue un inolvidable 7-6 (5), 6-7 (6), 2-6, 6-3 y 6-4 al cabo de poco más de cuatro horas y 15 minutos de acción en el estadio Phillipe Chatrier, el escenario principal del segundo Grand Slam del año. Lo hizo dando muestras de su talento y aprovechando también las distracciones del moscovita, casi siempre incómodo sobre polvo de ladrillo mientras sostenía, una vez más, cruces picantes con los espectadores del Abierto parisino, a los que mandó a callar más de una vez.
“Vi jugar a Daniil durante toda mi carrera en junior, haberlo enfrentado era algo inimaginable, pero ganarle es un sueño hecho realidad”, confesó el brasileño, todavía incrédulo, después del mejor triunfo de su vida. Medvedev, quien recibió atención al sangrar por la nariz en el tercer set, pagó caro el cometer 15 dobles faltas, la mayor cantidad de su carrera en un solo partido.
Seyboth Wild, de 23 años y 1,85 metro de altura, espera por el ganador del duelo entre el argentino Guido Pella y el francés Quentin Halys. Y como cada uno de los tenistas del salvaje circuito profesional, es dueño de una historia que podría ser digna de una serie de Netflix o de HBO. Le sobra tenis. Pero no es lo único que tiene en su raquetero este chico que tiene como entrenador al argentino Sebastián Gutiérrez, quien también trabaja con Sebastián Báez, con quien casualmente jugó, y perdió, su último partido, en el Challenger de Turín, antes de iniciar este cuento de hadas en las cercanías de la Torre Eiffel.
Es que su nombre resonó fuerte el 9 de septiembre de 2018 cuando se coronó campeón del US Open junior. Aquel día, el oriundo del estado de Paraná, al sur de Brasil, venció al italiano Lorenzo Musetti. Y todos lo empezaron a sindicar como el sucesor de Gustavo Kuerten, la leyenda del tenis de su país, ex número uno del mundo y tres veces vencedor en Roland Garros (1997, 2000 y 2001).
Nada es sencillo en el tour de la ATP. Se sabe. Sin embargo, Seyboth Wild tuvo una buena transición y mostró que estaba para dar pelea cuando se coronó en el ATP 250 de Santiago de Chile. Había dejado en el camino a los argentinos Facundo Bagnis, Juan Ignacio Londero y Renzo Olivo. Pero las rotativas se frenaron cuando superó al noruego Casper Ruud en la definición y se convirtió en el primer tenista nacido en los 2000 en ganar un torneo del circuito grande.
Se pensaba que ese sería su despegue. Pero llegó la pandemia y todo ese envión se detuvo. Incluso se contagió coronavirus y fue denunciado luego de ser visto en las calle s de Río de Janeiro cuando debía permanecer aislado. Para colmo, cuando intentaba retornar a la habitualidad corriendo otra vez desde atrás, fue denunciado por una ex novia, la influencer Thayane Lima, que lo acusó de violencia de género. La acusación, luego de las presentaciones de los abogados del tenista, no prosperó y la causa se archivó.
Fanático de Harry Potter
De carácter explosivo, empezó a jugar al tenis de la mano de su papá, quien llegó a jugar algunos torneos del circuito de Challengers y hasta disputó la qualy de Roland Garros. Sin embargo, no es su única inspiración. Es que Seyboth Wild es fanático de Harry Potter y no sólo tiene su cuerpo cubierto de tatuajes con protagonistas de la historia de J.K. Rowling, sino que sigue algunas de sus enseñanzas.
“Tengo una pasión secreta por Harry Potter. Tengo tatuajes sobre la película por todo mi cuerpo. Tengo la Snitch Dorada, los ojos de Hermione, el Bosque Prohibido y la cabeza de Hedwig. Comencé a ver todas las películas cuando tenía 14 años. Aprendí mucho de sus películas y si tuviese que quedarme con alguna sería que me enseñaron a rodearme de las personas que quiero y que confío”, sostuvo el verdugo de Medvedev en declaraciones al sitio Behind The Racquet.
Llegó al tenis por su padre, como se dijo. Y casi se va del deporte por la insistencia de su madre. “En 2015 me di cuenta de que quería llegar lejos en el tenis. La cancha era el único lugar donde podía ahogar todos los problemas del mundo. Ese mismo año, mis padres decidieron que no querían que yo siguiera jugando. Mi madre quería que me marchara a estudiar medicina. Ella quería que yo fuese médico al igual que mucha gente de mi familia. Ella pensaba que el tenis me iba a impedir poder estudiar”, se sinceró en aquella misma entrevista.
Y siguió: “Al principio fue muy complicado el estar en desacuerdo con ella, pero cuando me vio que mi pasión era el tenis cambió de opinión. Hasta el momento, haber elegido el tenis fue la decisión más correcta. Ojalá pueda ganar algunos trofeos en el futuro”. Lo decía en noviembre de 2020. Ahora dos años y medio después puede reafirmar su pensamiento. De haber seguido los consejos maternos nunca en su vida habría jugado en el Philippe Chatrier y menos aún habría vencido a Medvedev para convertirse en el protagonista principal de una jornada de Roland Garros.
