El Sol, nuestra estrella más cercana, es una fuente inagotable de misterios y fenómenos intrigantes. Aunque lo vemos como una esfera brillante en el cielo, el Sol es en realidad un objeto complejo y dinámico con una serie de estructuras y partes que desempeñan un papel vital en nuestra comprensión del universo.
Núcleo Solar: El Corazón Ardiente
El núcleo solar es el centro de la estrella y donde ocurren las reacciones nucleares que alimentan al Sol. En su núcleo, el hidrógeno se fusiona en helio a temperaturas y presiones extremas, liberando enormes cantidades de energía en forma de luz y calor. Estas reacciones nucleares mantienen al Sol brillando constantemente y proporcionan la energía que sostiene la vida en la Tierra.
La Zona Radiante: Un Mar de Fotones
Desde el núcleo, la energía viaja hacia la superficie del Sol a través de un área conocida como la zona radiante. Aquí, la energía se propaga en forma de fotones, partículas de luz que rebotan continuamente en un laberinto de partículas cargadas. Este proceso puede llevar miles de años debido a la densidad del material en esta región.
Fotosfera: La Superficie Visible
La fotosfera es la capa superficial visible del Sol, donde se produce la mayor parte de la luz solar que llega a la Tierra. Esta capa es conocida por sus características distintivas, como manchas solares y granulaciones, que revelan la actividad dinámica en la superficie solar.
(Foto: NASA)
Cromosfera: Un Resplandor en Rojo
La cromosfera es una capa de gas tenue y caliente que rodea la fotosfera. Durante un eclipse solar, la cromosfera se vuelve visible como un anillo rojo brillante alrededor del Sol. Aquí, se pueden observar fenómenos interesantes como las prominencias solares, que son chorros de gas caliente que se elevan desde la superficie.
Corona: La Corona Ardiente
La corona solar es la atmósfera externa del Sol, y es mucho más caliente que la superficie del Sol. Esta capa emite luz visible durante un eclipse solar total y es la fuente del viento solar, una corriente de partículas cargadas que fluye constantemente desde el Sol hacia el espacio interplanetario.