Los teléfonos móviles se han convertido en casi una extensión más de nuestro cuerpo, ya que allá donde vayamos, sea el baño, a sacar la basura o para ir a la playa, este dispositivo viene con nosotros. De media, los españoles cambian de terminal cada 2/3 años, a veces por necesidad y otras por la “necesidad” de tener uno más nuevo, pero lo cierto es que tu smartphone te debería de durar más tiempo.
Uno de los mayores problemas de esta sociedad, que está muy ligado al concepto de la obsolescencia programada de los dispositivos inteligentes, es que al poco tiempo de tener algo nos cansamos de ello y queremos una versión nueva de este. Da igual que estés meses esperando la llegada del iPhone 15, a los dos meses ha desaparecido esa sensación de novedad y ya estás esperando a que Apple saque el siguiente.
Esto es una mala práctica, no solo para tu bolsillo, sino también para el medioambiente y por ello tanto usuarios como los fabricantes deben hacer algo para aplacar esta sed de consumo constante. Y si bien antes era normal cambiar los teléfonos a los pocos años, e incluso las teleoperadoras te regalaban un teléfono nuevo por cumplir años de permanencia, las cosas han cambiado, la tecnología ha evolucionado y ahora por prestaciones te debería durar más.
Tal y como señalan desde la OCU, antes uno de los problemas más comunes es que el teléfono funcionara lento al quedarse sin espacio de almacenamiento, no obstante, hoy en día como mínimo los smartphones tiene 128GB, además del espacio en el nube, por lo que con este espacio, este problema ha desaparecido por lo menos en los primeros años del dispositivo.
Otro aspecto a tener en cuenta es que a pesar de que la tecnología está en constante avance, en los últimos años los cambios han sido menores y no tan diferenciales, por lo que la sensación de tener un teléfono desfasado tarda más en llegar. A su vez, tanto Apple como Google extienden actualizaciones de software regularmente por muchos más años que antes.
Según los usuarios entrevistados por la OCU, el principal motivo por el que cambiamos de terminal es por fallas en la batería, seguido de problemas en el sistema operativo y la pantalla. La mayoría de estos aspectos comienzan a fallar antes de los tres años cuando en principio están diseñados para durar lo máximo posible, y eso significa cinco años como poco.
La Unión Europea ha aprobado una nueva norma de ecodiseño de smartphones que se espera que entre en vigor para 2025. El objetivo es imponer un estándar en el diseño de las baterías para que todas cumplan un mínimo de ciclos de carga y que haya recambios hasta siete años después de su lanzamiento.
En lo que se refiere al diseño los sistemas operativos, la normativa busca imponer que los fabricantes extiendan actualizaciones por lo menos durante cinco años. Y respecto a las pantallas, quieren que todos los smarpthones soporten 45 caídas desde 1 metro de altura sobre una superficie de metal, algo que está generando polémica ya que este mínimo ya lo superan la gran mayoría de teléfonos.
Por lo tanto, siguiendo los principios que planea imponer la UE, como mínimo un smartphone debería durarte unos cinco años, aunque si es más tiempo mejor para ti y mejor para el medioambiente.