Aproximadamente el 20% de los pacientes diagnosticados con COVID-19 y alrededor del 5% de todas las personas infectadas con el coronavirus SARS-CoV-2 desarrollan síntomas persistentes, llamados COVID prolongada, que pueden persistir durante muchos meses.
Los síntomas de la COVID-19 prolongada pueden incluir fatiga, malestar tras un esfuerzo e incapacidad cognitiva, además de involucrar a múltiples órganos.
Aunque estudios previos han mostrado que los pacientes con COVID-19 prolongada presentan signos de disfunción inmunológica, activación persistente de células inmunológicas y producción de anticuerpos autoinmunes, la causa subyacente de la COVID-19 prolongada todavía se comprende de manera deficiente y los biomarcadores diagnósticos para esta afección no están bien definidos.
Actualmente, la COVID-19 prolongada tampoco cuenta con un tratamiento efectivo.
En un nuevo estudio, el equipo de Carlo Cervia-Hasler, del Hospital Universitario de Zúrich, dependiente de la Universidad de Zúrich en Suiza, ha llevado a cabo un análisis longitudinal del suero sanguíneo de 113 pacientes que se recuperaron completamente de la COVID-19 o que desarrollaron COVID-19 prolongada, así como de personas sanas.
Imagen captada mediante microscopio electrónico, y luego reprocesada, en la que se aprecian partículas víricas del SARS-CoV-2, aisladas de un paciente infectado. (Imagen: National Institute of Allergy and Infectious Diseases / NIH)
Aplicando enfoques de proteómica de alto rendimiento, Cervia-Hasler y sus colegas midieron los niveles séricos de 6596 proteínas humanas entre los participantes del estudio.
A los sujetos con COVID-19 aguda confirmada se les hizo un seguimiento durante hasta un año y se tomaron nuevas muestras de suero sanguíneo a los 6 meses y a los 12 meses cuando ello fue posible.
Los pacientes que experimentaron COVID-19 prolongada mostraron cambios en las proteínas del suero sanguíneo, lo que apunta a una activación desregulada, coagulación alterada y lesiones tisulares, todo lo cual sugiere respuestas tromboinflamatorias continuas.
Los autores del estudio muestran que, a nivel celular, la firma tromboinflamatoria asociada con la COVID-19 prolongada se vinculó con un aumento de los agregados monocito-plaqueta.
La desregulación de las proteínas del complemento podría contribuir a la tromboinflamación asociada con la COVID-19 prolongada.
Los hallazgos del estudio identifican posibles biomarcadores para la COVID-19 prolongada y nuevas estrategias de tratamiento que justifican una investigación adicional tanto en el ámbito diagnóstico como en el terapéutico.
El estudio se titula “Persistent complement dysregulation with signs of thromboinflammation in active Long COVID”. Y se ha publicado en la revista académica Science. (Fuente: AAAS)