John Lenon, Steve Jobs, Harry Potter, Gandhi y otros usuarios célebres de gafas redondas se frotarían los ojos de asombro si pudieran probar el gadget que el próximo abril comenzará a distribuir la startups Brilliant Labs. Se trata de un visor de realidad aumentada que se asemeja a unas gafas convencionales. Dos lentes casi esféricas, una montura con sus patillas y mucha tecnología por debajo. Por fin, un fabricante ha logrado resolver la ecuación que desafiará al resto de los fabricantes del sector durante los próximos años: lograr un dispositivo ligero (39 gramos), relativamente barato (340 dólares) y extraordinariamente discreto en comparación con sus iguales.
Las gafas inteligentes de Brilliant Labs atienden por Frame y ofrecen las prestaciones de cualquier visor moderno de realidad aumentada, incluida cámara, batería y cerebro de silicio de altas prestaciones. Entre otras curiosidades, las gafas pueden graduarse, aunque solo una de las lentes -la derecha- dispone de cualidades computacionales, para ofrecer reproducir una pantalla donde mostrar pequeños textos o gráficos sobre un campo de visión de apenas 20 grados. De esa forma -en honor a la verdad-, el equipo debería definirse como un monóculo de realidad aumentada.
El dispositivo está diseñado para el reconocimiento del habla natural (por ahora solo en inglés), gracias a la plataforma de inteligencia artificial Perplexity AI, con capacidad para interpretar el entorno e interactuar con el usuario. Entre otros casos de uso, además de soplar en los exámenes, las gafas pueden mostrar el precio de los productos que se pongan por delante e, incluso, albergar la pasarela de pago para poder adquirirlos por Amazon. También pueden proyectar videos con recetas de comida o tutoriales para los amigos del bricolaje, por ejemplo. Como la ayuda de su IA, el prodigio es capaz de traducir decenas de idiomas, realizar búsquedas en la web y calcular las calorías de los alimentos y otras prestaciones que también realizan las Apple Vision Pro.
Además de los ingresos por la venta de las gafas (en colores negro, gris y transparente), el modelo de negocio de Brilliant Labs explora una fuente de beneficio que promete formar parte de la normalidad en los próximos años: el pago por uso de la IA, en su caso con un modelo de suscripción mensual que podría rondar los 20 dólares al mes, o los 200 dólares al año.
La pantalla escamoteada en la óptica ofrece 640 por 400 píxeles a la altura de un ojo, lo que algunos expertos comparan con la visión de una tableta a la distancia de un brazo extendido. Por lo tanto, estos cristales de 6 milímetros de grosor podrían convertirse en un monitor para ver películas, consultar la prensa online o despachar la bandeja de correos electrónicos. La cámara se encuentra en el puente de las gafas y la batería se oculta bajo la pasta de la montura, con una autonomía de casi 24 horas con un uso de entre 10 y 20 minutos cada hora.
La empresa estadounidense, fundada en 2019, ya probó fortuna con un dispositivo aparecido, denominado Monocle, gestionado con un software de código abierto similar al que utiliza Frame. De esa forma, los desarrolladores podrán mejorar, enriquecer y personalizar el dispositivo en función de sus intereses.