Paul Gascoine luce irreconocible al jugador que brilló en la década de los 90, muy atrás quedaron sus años dorados en el fútbol, hoy su vida es diferente, los excesos lo consumieron y sigue llevando una ardua lucha contra el alcoholismo, el mismo que lo ha hecho vivir momentos tristes, difíciles.
Gascoigne fue un talentoso centrocampista de la selección Inglesa, con características únicas y envidiables, un jugador que defendió a los Three Lions en 57 oportunidades, llegó a una semifinal de un Mundial y a una semifinal de una Eurocopa.
Su talento es raro, poco visto en Inglaterra por la década de los 80 y 90, cuando primaba el juego duro, el volante rocoso, poco talentoso, Gascoigne ayudó a cambiar el ideal de centrocampista tras sus exitosos pasos por Newcastle United, Tottenham Hotspur, Lazio, Rangers y otros no tan exitosos como en Middlesbrough, Everton, Burnley, Gansu Tianma y Boston United.
“La gente conoce a Paul Gascoigne, pero nadie conoce a Gazza. Incluso yo mismo a veces”, empieza explicando el exjugador inglés, que hoy tiene 57 años de edad, en el adelanto de su documental ‘Gazza vs. Paul’ de High Perfomance Originals.
Gascoigne cuenta apartados de su vida difíciles por culpa del alcohol, un problema al que no le ha encontrado solución, que lo ha llevado a aislarse de sus amigos, su familia y a vivir episodios de depresión. “Yo solía ser un borracho feliz. Ya no lo soy. Soy un borracho triste. No salgo a beber, bebo dentro de casa. Trato de no deprimirme porque el mundo ya está bastante deprimido. Y cuando estoy realmente deprimido, es cuando bebo para animarme”.
El británico perdió gran parte de la fortuna que amasó como jugador en el alcohol, en bares, en lugares nocturnos. Hoy vive en una habitación de invitados de su agente Katie Davies en la costa sur de Inglaterra. “Vivo en la casa de mi agente”.
Muchas veces ha intentado encontrarle solución a una vida de excesos, en sus palabras, aceptó que está asistiendo a reuniones de clubes de Alcohólicos Anónimos “están bien, son inofensivos… Después de asistir al primer par de reuniones, seguí los 12 pasos y uno de ellos fue encontrarme con la persona a la que culpabas y pedirle disculpas. El año pasado no fue brillante, estuve internado durante un par de meses. Tengo muchas cosas dentro, cosas que debería compartir, pero que tengo miedo de compartir con la gente”.
Gazza no se dice mentiras, sabe que podía haber tenido una carrera extraordinaria con sus cualidades, con su técnica única, pero a veces los ‘demonios’ lo dominaron y el alcohol lo invadió, nunca sintió que decepcionó a sus entrenadores, a sus compañeros, o a la afición, siente que se decepcionó a sí mismo.
“No creo haber decepcionado a ningún entrenador, ni a los jugadores, ni a la afición que conozco. Si hubo alguien a quien decepcioné, fue a mí, pero más bien fue por la bebida, cuando terminé de jugar. Pasé muchos años tristes, como cuando me rompí los ligamentos y luego la rótula. Me perdí cuatro años de fútbol. Habría llegado a los 100 partidos internacionales con Inglaterra.”.
Sin embargo, luchar contra ese problema no es nada fácil, el cuerpo le pide alcohol, para evitarlo dice que ahora toma unas 15 tasas de café al día. “Es realmente fácil, sólo trato de mantenerme alejado de los lugares peligrosos. Si tomo una copa, la tomo porque quiero, no es por ningún motivo en particular. No culpo a nadie, solía culpar a mucha gente cuando bebía”.
Por último, hace una reflexión y dice que no es momento de rendirse para sacar ese problema que ha combatido la mitad de su vida se vaya. “Estoy orgulloso de lo que le he dado a la gente. He donado casi un millón de libras a 10 organizaciones benéficas diferentes, sin que nadie lo sepa. Nunca me rendí. Nunca me he rendido. Creo que el momento en que me rinda será cuando esté en una caja de madera. Aparte de eso, seguiré luchando”, concluyó.
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