Sebastián Montoya se hace grande en el auto. El piloto, alejado de la rutina de los jóvenes tradicionales, ha encontrado entre fierros las experiencias indicadas para forjar un carácter osado. De hecho, su atrevimiento lo tiene hoy nominado al mejor momento del automovilismo en este 2023 para la Federación Internacional de Automovilismo (FIA), por un adelantamiento en el Gran Premio de Austria de la Fórmula 3. Sin embargo, su año no se resume en la audacia, sino en la serenidad; esa que ha tratado de mantener en medio de las metas no alcanzadas.
El hijo del mítico Juan Pablo Montoya terminó en el puesto 16 de su primer campeonato completo de F3, cuando su objetivo era finalizar, mínimo, en el top 10. Y la sensación de frustración es tal que, le confiesa a EL TIEMPO, no encuentra qué responderle a su papá, referente, amigo y colega, cuando este repite que sus resultados no han llegado porque quizá “no se ha dado cuenta de lo bueno que es”. Sobre todo cuando ha sido él quien le ha enseñado a no conformarse con nada.
¿Cómo se siente con los resultados de este año?
Honestamente, es bastante difícil contestar eso porque obviamente nunca estoy satisfecho con los resultados que obtengo. Al final del día, todos los pilotos quieren ganar y si no estás ganando en todas las carreras no es suficiente, pero creo que lo que he aprendido este año no lo puedo cambiar por otra cosa.
¿Los resultados estuvieron muy lejos de sus expectativas?
Sí. Obviamente he tenido un poco de mala suerte con varias cosas. Por ejemplo, tuve unos fallos mecánicos que no me ayudaron este año, cometí un par de errores y sufrí algunas estrelladas que no me dejaron mostrar la velocidad que de verdad tenía. En Silverstone me estaba ganando la carrera, me chocaron, pasé al puesto 27 y terminé de sexto… y así podría seguir contando más casos, pero lo que he aprendido este año ha sido increíble, lo que yo quiero es tratar de volverme el mejor piloto que pueda para que cuando llegue la oportunidad de probar o mostrarme en la Fórmula 1 pueda quedarme.
La relación con su equipo, el Hitech, no ha sido la mejor…
Sí. Estamos mirando qué vamos a hacer para el próximo año. En este tuve muchos problemas con el carro, sobre todo en clasificaciones, y eso afecta bastante.
¿La idea es cambiar de equipo sí o sí?
Honestamente, sí. Lo de Hitech fue un poco a último momento con mi entrada como piloto júnior de Red Bull, entonces cambiar es una opción para seguir aprendiendo y meterte en un carro que sea un poco más rápido, más consistente y que haga que te sientas más cómodo.
Se le siente la sed de revancha…
Sí, con la velocidad que he tenido este año creo que en 2024 puedo coger esa experiencia y estar peleando por el campeonato.
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¿Cómo lidia con la frustración?
Es horrible saber que no todo está bajo tu control, eso es lo más frustrante del mundo. Al comienzo de la temporada e incluso al final, ahorita en Macao, que fue la última carrera de F3 , sufrí por cosas así. En esta reciente me estrellé en la primera ronda de clasificación: frené en la primera curva y se me bloquearon las llantas traseras. El carro me cruzó, pero llegando a la curva le pegué a la barrera… ¿Cómo se siente uno? Tenaz, pero pasa.
Este año explotó una vez en el radio, pero hasta ahí…
La gente se olvida que cuando uno está en el radio uno no quiere hacer show. Uno está en el momento, uno no piensa que lo van a pasar por TV. A mí se me olvida que lo pasan… uno está ahí para correr. Lo último que yo quiero ser es una estrellita de televisión, yo quiero es ser un ganador. Al final del día, se dicen un par de cosas… unas más queridas que otras (risas), pero yo creo que lo que más me ha ayudado a mí es hablar con mi psicólogo para controlar las emociones.
¿A este nivel ha sentido mayor presión por el apellido?
No. La presión que me pongo es superior a la que me pueda poner otra persona. Yo sé los resultados que puedo obtener, yo sé que si me monto en un carro y me siento cómodo, y el carro está rápido, voy a ser el más rápido. Obviamente es bastante frustrante cuando el carro no está rápido o no te sientes bien con él. Si el carro está rápido y haces el trabajo, terminas adelante. Si el carro no está rápido y haces el trabajo, puedes estar ahí en la pelea. Si el carro está rápido y cometes un error, de pronto la salvas y puedes quedar entre los 12 primeros, pero si el carro no está rápido y cometiste un error, va a ser un fin de semana difícil.
Su papá siempre repite: ‘Si Sebas se creyera el cuento de lo bueno que es, tendría mejores resultados’. ¿Hoy qué le diría?
Uf, ya no sé qué decirle a mi papá. Yo sé lo bueno que soy, pero a veces siento que no estoy haciendo el trabajo que debería. Mi papá me enseñó que nunca es suficiente. Yo siento que de pronto lo estoy haciendo bien, pero quizá puedo hacerlo mejor. Así de complicado es esto.
¿Qué ha pasado con la idea de ir a la universidad?
Es algo que está en los planes, pero con tanta viajadera todavía no he podido tener el momento de inscribirme. Creo que es algo interesante y que me gustaría hacer en el futuro para seguir creciendo como persona.
Entretanto, es embajador de Unicoin, una criptomoneda…
Yo soy muy fanático de los números. Algo que no entendía y no me gustaban eran los NFTS y las criptomonedas… y me parecía difícil entenderlo. Pero lo que hizo Unicoin me parece que es una buena forma de conectar la tecnología con la gente que quiere hacer algo con el futuro. Es una forma que combina el mundo de las criptomonedas con la realidad que ya conocemos.
ANDRÉS FELIPE BALAGUERA SARMIENTO
Redactor de Últimas noticias de EL TIEMPO
@balagueraaa