Cuando parecía que el enfrentamiento entre los tres grandes circuitos de golf del mundo, el PGA Tour, el DP World Tour (tour europeo) y el LIV, que incluso generó un fuerte distanciamiento entre los jugadores, terminaba en un acuerdo e incluso se firmó la combinación de los derechos comerciales, el circuito árabe dio un mazazo al llevarse a uno de los jugadores más icónicos del PGA en este momento, el español Jon Rahm.
El LIV Golf, fundado en 2021 a golpe de chequera, vuelve a impactar al mundo del deporte con una oferta que, sin ser pública, apunta a estar entre los 500 y 600 millones de dólares, lo que podría ser el fichaje más importante del deporte en todos los tiempos.
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De Jon Rahm se pueden decir muchas cosas. Se puede discutir que, a pesar de llegar al número uno del mundo y ganar dos Majors, el US Open 2021 y elMasters 2023, es o no un gran jugador. Lo que sí es indiscutible es que representa con mucha fuerza el mundo del golf. Lleva poco tiempo, pero es mandón, controversial, polémico. Eso lo hace grande.
No hay duda de que los saudíes apuntaron o a Rory McIlroy o a Rahm. Probablemente, al norirlandés le quedaba muy difícil coger el camino árabe, porque ha sido su más fuerte detractor. Rahm también lo había sido. El objetivo era llevarse una figura mundial: con el jugador de Barricas lo han logrado.
El español, como suele ser su espíritu y su forma de ser, dio la cara: “El dinero es un factor muy importante, pero hay más, como jugar en equipo. Eso es algo muy divertido y jugar algo más que por ti lo hace llenar a uno de emociones. El objetivo es que el golf crezca”, dijo.
Más adelante precisó sobre el monto que había pactado y dijo: “No lo puedo comentar. Es privado y va a seguir siéndolo. Fue una gran oferta. El dinero es increíble, pero ello no supera el amor que yo le tengo a este deporte. Como marido y padre de familia, tengo la obligación de dar las mejores oportunidades a ella, pero ser capitán de un equipo y ser líder de él me hará crecer en el golf”.
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Las cosas no le vienen bien al PGA Tour ni al tour europeo. Rahm, que es un ganador, sin duda sacará sus tres compañeros de equipo de los mejores de esos dos circuitos. Y ahí se les seguirá cayendo la estantería, en especial, a los estadounidenses. Cada día adolece más de figuras y si hablamos en plata blanca, hoy solo les quedan dos: uno representativo, McIlroy, con las mismas virtudes de Rahm, y el otro, un gran jugador pero con un perfil muy bajo, Scottie Scheffler.
Es tan fuerte la salida de Rahm, que McIlroy bajó la guardia. “Jon estará en el Bethpage en 2025. Debido a esta decisión el tour europeo tendrá que reescribir las reglas de elegibilidad para la Ryder Cup. No hay duda sobre eso: desde luego yo quiero que Jon esté en el próximo equipo de la Ryder Cup”, dijo. Estas son palabras mayores, teniendo en cuenta que Rory es el jugador que más ha atacado la idea del circuito saudí.
Tendrán que venir acuerdos fundamentales entre los circuitos para que los jugadores de los árabes entren a disputar torneos en los tours tradicionales, y más aún, se esperan decisiones trascendentales en lo que hace a que puedan marcar puntos en la clasificación mundial. El mismo Rahm manifestó: “Si todo va bien y tengo suerte en el futuro, todavía quiero ser parte del PGA Tour, si el LIV me da la libertad de entrar a los torneos sin tener conflicto”.
“Como hincha furibundo del Athletic de Bilbao, quiero que muchos niños también sean lo mismo con el nuevo equipo que voy a formar en el LIV. Soy ambicioso, como lo era Seve, y estoy seguro de que él me ayudaría en este nuevo intento de mejorar el gol de España y el mundo, como lo hizo en su época”, agregó.
La pelea está que arde y el 2024 será un año decisivo y cambiante para el golf mundial. Los más beneficiados van a ser los aficionados.