Algunas galaxias destacan por la violenta actividad que existe en su centro. Por regla general, esa actividad la genera un cuásar, un objeto astronómico cuyo motor es un agujero negro de masa enorme devorando material arremolinado en su entorno y provocando la emisión de chorros de radiación y de partículas moviéndose a velocidades tan cercanas a la de la luz que se producen efectos relativistas. Unas observaciones recientes han revelado un aumento espectacular de potencia en el cuásar del centro de una galaxia lejana.
El 15 de diciembre de 2023, la Colaboración LST (Large-Sized Telescope) anunció oficialmente la detección de la fuente OP 313 a muy altas energías con el LST-1. Aunque OP 313 se conocía a energías más bajas, nunca se había detectado por encima de 100 GeV (gigaelectronvoltios). Con esta observación, OP 313 se convierte en el núcleo galáctico activo (AGN) más distante detectado hasta ahora por un telescopio de tipo Cherenkov, demostrando asimismo el gran poder escrutador que tiene LST-1, instalado en el CTAO-Norte, en la isla de La Palma, del archipiélago español de las Canarias.
OP 313 es lo que se conoce como un radiocuásar de espectro plano (FSRQ por sus siglas en inglés), un tipo de AGN.
El LST-1 observó esta fuente entre el 10 y el 14 de diciembre, tras recibir una alerta del satélite Fermi-LAT que mostraba una actividad inusualmente alta en el régimen de rayos gamma de baja energía, confirmada también en el rango óptico con diferentes instrumentos. Con solo cuatro días de datos, la Colaboración LST fue capaz de detectar la fuente por encima de los 100 gigaelectronvoltios (GeV), un nivel de energía mil millones de veces superior al de la luz captable por el ojo humano.
LST-1 durante una observación en el CTAO-Norte, La Palma, España. (Foto: CTAO gGmbH. CC BY-NC-ND)
Hasta ahora, eran solo nueve los cuásares a energías muy altas conocidos. OP 313 ha pasado a ser el décimo. En general, los cuásares son más difíciles de detectar a energías muy altas que cuando conforman otros tipos de AGNs. Esto se debe no solo a que el brillo de su disco de acreción debilita la emisión de rayos gamma, sino también a que suelen estar más alejados (y datan de una época más antigua del universo). En este caso, OP 313 se encuentra a unos 8.000 millones de años-luz, lo que significa que lo estamos captando tal como era hace unos 8.000 millones de años. Esto lo convierte en el AGN más distante y en el segundo emisor más lejano, de entre todos los detectados a muy altas energías. (Fuente: NCYT de Amazings)