Filippo Inzaghi estalló de furia. Su equipo, que venía de comerse seis hace unos días con la Juventus por Copa Italia había arrancando tomándose una gran revancha. Se volvían a enfrentar, ahora por la Serie y le ganaba 1-0 desde los 39 minutos con gol de Maggiore, pero las cosas no iban a quedar así. Sí, la Juve se lo iba a dar vuelta. Pero la bronca del DT iría increscendo gracias a “la distracción” de Agustín Martegani.
Corrían 88 minutos y Pippo Inzaghi llamó rápido al jugador que se sumó a préstamo desde San Lorenzo de Almagro. El técnico quería hacer el cambio rápido porque jugaba con uno de menos por la expulsión de Giulio Maggiore, el autor del gol.
Pero el ingreso del argentino se demoró porque el cuarto árbitro advirtió que el jugador tenía una pulsera en su mano derecha. Cuando vio la situación, Inzaghi se puso loco y se acercó a ayudar. Pero la pulsera no salía, entonces cortó por lo sano y terminó por arrancarla. Eso, sin disimular sus gestos, lo que hizo más evidente la situación.
Martegani entró a los 88 y, para más calentura del técnico, dos minutos después, el cuadro se completó con el gol de la Juventus que le terminó ganando el partido con uno menos.