Es posible que más de una vez hayas patinado en una pista de hielo. En las últimas décadas, la instalación de estas zonas de ocio se ha vuelto muy popular en las ciudades que no tienen el privilegio de contar con pistas naturales. Por ejemplo, Canadá es un país que goza con grandes superficies de agua que se congelan cuando llega el invierno, presentándose como zonas perfectas para efectuar este tipo de patinaje de manera segura y gratuita.
Sin embargo, las zonas situadas alrededor del ecuador y en las áreas tropicales no cuentan con esta ventaja y, al llegar los meses de frío y la Navidad, deciden instalarlas de forma artificial. Para ello, las instituciones al cargo deben poner el proyecto en manos de las empresas de refrigeración, que son aquellas encargadas de gestionar la colocación y mantenimiento de la pista, así como de buscar el mejor emplazamiento para ellas: suelos lisos y sin una profunda inclinación.
Para que los ciudadanos puedan hacer uso de estas pistas de hielo de manera segura y práctica, estas deben contar con un grosor medio de entre 6 y 8 centímetros. Pero, ¿cómo se consigue mantener esa capa de hielo en el medio de ciudades y entornos que, en casi ningún caso, se encuentran a temperaturas negativas? Pues bien, todo ello es gracias a la combinación de dos sistemas de refrigeración indispensables: la manta frigorífica y el sistema de bombeo.
MANTA FRIGORÍFICA
Bajo el nombre de manta frigorífica, en verdad se esconde un sistema de múltiples tubos que se reparten por todo el interior de la capa de hielo externa. Estas tuberías son las encargadas de transportar fluidos a muy bajas temperaturas, congelando de esa forma el agua que se va regando. En general, los líquidos congelantes que se utilizan suelen ser el mono-etilenglicol o el poli-propilenglicol, los cuales se mueven a enormes velocidades, pero manteniendo temperaturas que no ascienden de los -12 ºC. Además, el sistema cuenta con dos colectores, uno a la entrada y otro a la salida, que cierra por completo el mecanismo, impidiendo la pérdida de líquido
Componentes de una pista de hielo
Los espacios entre tubos se suelen regar de agua, lo cual produce la congelación de la misma, generando las placas de hielo que son visibles, y dando consistencia a la pista como tal. Por si fuera poco, las tuberías cuentan con un sistema aislante de dirección única, es decir, el líquido anticongelante sí puede enfriar el agua que se encuentra por fuera, pero la temperatura de esa misma agua no llega a influir en la del líquido congelante. Esto facilita que el fluido se mantenga siempre a la misma temperatura, independientemente de que se le ponga en contacto con agua más o menos cálida.
SISTEMA DE BOMBEO
Ahora bien, ningún elemento de ese sistema tendría sentido sin un buen mecanismo de bombeo, encargado de regar el líquido congelante por toda la pista. Se trata de sistemas de gran potencia que, en la mayoría de los casos, permiten mover un total de 65.000 litros de fluido por hora.
Cabe resaltar que uno de los puntos más importantes para que la pista se mantenga en buen estado y su funcionamiento sea el correcto, es el control y el mantenimiento. Es necesario asegurar el buen funcionamiento de las bombas para que el hielo se mantenga rígido, así como eliminar los restos de nieve que se van produciendo por el roce de los patines. Estos surcos, normalmente, se rellenan de agua a diario, la cual se congela en cuestión de poco tiempo debido, una vez más, a la fantástica acción de los tubos.