Este sábado se cumple un año desde que brasileño Dani Alves fue internado en una prisión de Barcelona (España) tras ser denunciado por una joven por un caso de abuso sexual en una reconocida discoteca de la ciudad Condal.
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Alves fue trasladado a la prisión Brians 2 mientras se resuelve su caso de abuso sexual y se lleva a cabo su juicio que será el próximo 5 de febrero, el cual vuelve a tener un giro repentino.
La prensa de España reveló que la abogada del exjugador, Inés Guardiola, tiene un nuevo cambio en la versión de su defendido, que en una primera acusación dijo ‘no conocer’ a la víctima.
La información llega por parte del periódico ‘ARA’ que señala que la defensa del jugador menciona que Alves al estar en estado de embriaguez no era consciente de sus actos.
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Ante esto, la abogada pide la absolución de Alves a la Audiencia de Barcelona, que lo juzgara en febrero, argumentando que no es cierto que violara a la joven, quien lo denunció por lo ocurrido el 30 de diciembre de 2022.
La abogada está llevando a cabo un plan en el que la modelo Joana Sanz, exesposa del Dani Alves es clave para lograr su libertad. La letrada le pidió facturas del consumo del exjugador en la discoteca Sutton, donde se llevaron a cabo los hechos denunciados.
No solo entregar facturas, el diario Sport adelantó que la abogada está convenciendo a Sanz para que acuda al juicio como testigo en los tribunales, una decisión que no ha tenido respuesta de la mujer. Sin embargo, se especula que podría acceder.
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La defensa de Dani Alves explicó en su última versión que él llamó a Joana Sanz en la madrugada de los hechos para comentarle que estaba muy ebrio y debido a su estado le había sido infiel y no tenía el control de sus actos.
Es la quinta versión que entrega el exjugador y su defensa para librarse de la demanda por abuso sexual: “no conozco a esa señorita”, “hubo tocamientos”, “hubo una felación”, fueron algunas declaraciones del acusado.
Por su parte, Ester García, abogada de la víctima, le solicitó hace algunos meses a la Audiencia Nacional que el exjugador pague a su clienta una suma de 150.000 dólares para reparar las secuelas físicas y psicológica. Por otro lado, exige que al ex Barcelona se le prohíba acercarse a menos de 1.000 metros de la joven víctima de 23 años de edad.
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