Herrera de Pisuerga, un pueblo palentino de unos 2.000 habitantes, es conocido en España por la celebración del Festival Internacional de la Exaltación del Cangrejo de Río, una festividad que acaba de celebrar su 50 aniversario.
Sin embargo, los cangrejos autóctonos que antaño poblaban sus ecosistemas fluviales han desaparecido a favor de dos especies invasoras foráneas, entre ellas el cangrejo de río americano (Orconectes placidus), una especie invasora introducida en España de forma intencionada hace décadas con fines comerciales y cuya expansión descontrolada acabó convirtiéndose en una plaga que amenaza a otras especies fluviales.
Por paradójico que parezca, estos cangrejos invasores son hoy la estrella de esta fiesta gastronómica y ello a pesar de una sentencia del Tribunal Supremo del año 2016 que prohibía su comercialización, al considerarla una especie invasora.
Aquella decisión judicial puso en pie de guerra a autoridades y ciudadanos del pueblo, quienes alertaban de que la medida podría tener el efecto contrario al deseado, pues podría descontrolar las poblaciones de una especie a la que es muy difícil poner coto. Aun así, la localidad palentina logró reponerse del escollo, y hoy el Festival Internacional de la Exaltación del Cangrejo hace honor a su nombre, a pesar de las amenazas que suponen para los ríos, pues han pasado de ser carroñeros a depredar otras especies fluviales, como peces, ranas, anfibios o tritones.
El caso de estos cangrejos rojos son solo un ejemplo las especies invasoras que pueblan la geografía de la península Ibérica (más de un centenar, según el Catálogo Español de Especies Amenazadas elaborado por el Ministerio de Transición Ecológica), una amenaza medioambiental que las autoridades medioambientales tratan de combatir por todos los medios. Y es que el catálogo de intrusos de nuestros ecosistemas incluye algas, crustáceos, anfibios, reptiles, mamíferos…
En resumen, toda especie “que se introduce o establece en un ecosistema o hábitat natural o seminatural y que es un agente de cambio y amenaza para la diversidad biológica nativa, ya sea por su comportamiento invasor o por el riesgo de contaminación genética”, según la definición de las autoridades medioambientales. Especies contra las que tenemos todo que perder, pues cando llegan a nuestros ecosistemas, generan una lucha desigual con la fauniflora autóctona, que siempre sale perjudicada.