La Fifa está al límite con el racismo en el fútbol. El pasado fin de semana hubo nuevos brotes con insultos hacia futbolistas, lo que generó que el propio presidente Gianni Infantino insistiera en su audaz propuesta de pérdida de puntos para los equipos cuyos hinchas incurran en las ofensas. El nuevo anuncio sacudió el fútbol mundial y en Colombia los dirigentes de los equipos toman nota y ven la medida con prudencia.
“Además del proceso de tres pasos –partido detenido, partido reanudado y partido abandonado–, tenemos que implantar una pérdida automática para el equipo cuyos aficionados hayan cometido actos racistas y hayan provocado el abandono del partido, así como prohibiciones de acceso a estadios de todo el mundo y cargos penales para los racistas”, declaró Infantino luego de que hubiera insultos racistas contra el arquero del Milan Mike Maignan y contra el jugador Kasey Palmer, del Coventry.
Alcance de la medida
En Colombia el racismo en el fútbol no es un comportamiento detectado, salvo esporádicas ocasiones. Sin embargo, los equipos están alerta ante estas manifestaciones y ante la propuesta de la Fifa. La principal preocupación de los dirigentes es en el cómo se podría implementar esta medida de derrota automática para que sea justa y no se sancione por equivocación.
Al respecto, el presidente de la Dimayor, Fernando Jaramillo, comentó: “No es tan fácil, pero se podría. Se necesitaría reforma del Código Disciplinario, estatutos, reglamento. Muchas cosas, y acá cualquier grito se podría confundir. Creo que acá no se ven en las tribunas acciones racistas, para ser sincero. Individualmente puede ser”, dijo Jaramillo.
Los equipos tienen varios interrogantes, el principal tiene que ver con la justicia en la sanción. “Lo complejo será definir en qué casos podrían manipularse personas o acciones que puedan perjudicar a un equipo. En el fútbol todo puede ser posible y hay que lograr tener certeza en los sucesos”, comentó Ignacio Martán, presidente del Inter de Palmira, antes Cortuluá.
En el mismo sentido está Carlos Mario Zuluaga, presidente de La Equidad. “Es importante que quede claro cómo sería el juzgamiento. Que los equipos corran con el peso de la culpa no lo veo muy viable, a no ser que sean enfrentamientos entre países. Juzgar con pérdida de puntos me parece muy drástico”, dijo. Y agregó: “Cuando es en la tribuna no se sabe si puede ser provocado por el equipo visitante, ¿qué tal eso incida en el resultado? En derecho deportivo, el juzgamiento de eso es muy complicado”.
El protocolo de la Fifa recomienda tres pasos ante gritos racistas. Primero se detiene el partido y se anuncia a los asistentes. En segundo lugar, los jugadores abandonan el terreno de juego y se advierte a la afición. Se reanuda. En tercer lugar, si continúan las agresiones, el partido se detendrá y en ese caso los tres puntos serán para el adversario, según ha insistido Infantino a propósito de la ola de racismo contra el brasileño Vinicius.
Enrique Camacho, presidente de Millonarios, no ve que el racismo sea un tema de fondo en el fútbol colombiano, pero advierte: “Tiene una connotación peligrosa y es la identificación de cuáles hinchas y de qué equipo hicieron las ofensas. Muchas veces pueden existir hinchas que insultan para dar la eliminación del contrario. Me parece muy difícil de controlar”.
Por su parte, Tulio Castrillón, presidente del Once Caldas, comentó: “Lo primero es que el peso de la sanción recaiga sobre el infractor, es decir, la persona. Que desde las instituciones o clubes se obliguen a liderar campañas educativas de promoción y prevención donde se rechace este tipo de actos. Sin embargo la aplicabilidad aquí lo veo difícil de implementar, ¿cómo se asegura que el infractor en realidad sea del equipo y no se utilice como una forma de obtener victorias bajo esa norma?… Si hay evidencia concreta de que el comportamiento racista viene de alguno del club sí estaría de acuerdo con la derrota automática, pero aquí no hay objetividad para eso”.
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