Dexter Scott King, el tercero de los cuatro hijos que Martin Luther King tuvo con su esposa, Coretta Scott, ha muerto este pasado lunes a los 62 años después de varios sufriendo un cáncer de próstata, tal y como ha anunciado Centro Martin Luther King Jr. para el Cambio Social No Violento.
Dicha organización de Atlanta, conocida popularmente como el King Center y fudanda por Coretta el mismo año del asesinato de su marido, ha explicado que Dexter había estado intentando superar la enfermedad en privado —de hecho, se desconoce cuándo se la diagnosticaron—, pero que finalmente ha sido imposible.
Asimismo, ha añadido que su esposa, Leah Weber King, ha estado con él en sus últimos momentos, dando a conocer además unas palabras suyas sobre cómo ha sido el fallecimiento: “Él se nos ha ido pacíficamente mientras dormía en nuestra casa en Malibú”.
Se convierte así Dexter en el segundo hijo del activista que muere desde que su padre fuera asesinado en 1968. La primera de ellas, Yolanda King, primogénita del matrimonio, perdió la vida en 2007 como resultado de unas complicaciones de su cáncer de ovario. Tras la muerte de Dexter, los únicos hijos vivos de MLK y Coretta son el segundo que tuvieron, Martin Luther King III, y Bernice King, la benjamina.
Como no podía ser de otro modo, Dexter consagró su vida a continuar el legado de su padre en la lucha por los derechos civiles en el siglo XXI. Uno de sus momentos más destacados fue cuando confrontó directamente a James Earl Ray, el hombre condenado y encarcelado por el asesinato de su padre. Al preguntarle a la cara si lo hizo únicamente recibió como respuesta un “No”.
Desde entonces, Dexter Scott King argumentó que creía en las palabras de James y se convirtió en una de las voces más críticas con la investigación del asesinato de su padre, entrando de lleno en teorías sobre quién orquestó realmente su muerte, sugiriendo en más de una ocasión que era el gobierno federal de Estados Unidos quien estaba involucrado.
Como curiosidad, cabe destacar que Dexter también llegó a interpretar a su padre en una película realizada para televisión en 2002, The Rosa Parks Story. La razón, más allá del homenaje y de sus posibles dotes como actor, era su innegable parecido con el pacifista y ministro bautista.