Millonarios vuelve a celebrar un título, esta vez, el de la Superliga, otra vez contra Junior, el mismo rival contra el que Alberto Gamero festejó por primera vez. Fue una historia parecida: derrota en Barranquilla y triunfo con paciencia en Bogotá, con casa llena.
Junior, que llegaba con ventaja tras el 1-0 del jueves pasado en Barranquilla, le apostó a esperar en su cancha y a contragolpear, sabiendo que Millonarios, con espacios, es un equipo peligroso. Que lo diga el Medellín.
En el primer tiempo, Millonarios tenía la pelota, intentaba manejarla y en más de una ocasión levantó la pelota en busca de la cabeza de Santiago Giordana, el delantero que llegó de Perú en busca del gol que le faltó el semestre pasado.
A pesar del dominio azul, Junior cerró las vías hacia el arco de Mele y realmente, no hubo peligro real en ninguno de los dos arcos. Lo más cercano a una opción de gol fue para los locales, cuando Giordana le ganó en el cabezazo a Jermein Peña y mandó el balón a las manos del arquero.
Hasta ese momento, había otras acciones que marcaron la historia del partido: la primera, a cargo del árbitro Wílmar Roldán, que le perdonó la vida a José Enamorado por un planchazo a Mackalister Silva que era tarjeta roja cantada, a pesar del llamado del VAR. También pudo ser roja otra fuerte entrada de Walmer Pacheco al propio capitán azul. Y Alberto Gamero, el DT local, tuvo que mover el equipo por obligación, cuando se lesionó Danovis Banguero. En su lugar entró Ómar Bertel.
Con los mismos hombres que terminó la primera etapa, Millonarios intentó buscar alternativas para romper el muro de Junior, que con el paso de los minutos comenzó a agrietarse por cansancio. El esfuerzo de los visitantes fue enorme en la primera etapa y comenzaba a sufrirlo con el paso de los minutos, a pesar de que el DT Arturo Reyes quiso evitarse problemas con Roldán y sacó a los dos que se salvaron de la roja, Enamorado y Pacheco.
Santiago Giordana, clave en el título de Millonarios
Uno de los que entró, Edwin Herrera, quedó seriamente comprometido en el gol que empató la serie, a los 15 del segundo tiempo. En realidad, fueron tres veces las que Junior perdió la pelota saliendo de su área: primero Víctor Cantillo, luego Homer Martínez y, finalmente, el lateral, que perdió la bola con Leonardo Castro, que, de rebote, habilitó a Santiago Giordana, que, mano a mano con el portero Mele, no perdonó.
Junior quiso jugar más cerca del arco azul y la entrada de Carlos Bacca por Marco Pérez, que se fue inédito de El Campín, le dio mucho más peso ofensivo al visitante. Yimmi Chará, tras un brillante pase de Bacca, tuvo el empate y una brillante intervención del arquero Álvaro Montero lo evitó.
Ya el juego era mucho más parejo, pero Millonarios volvió a golpear para poner a celebrar a 30.000 hinchas azules en El Campín, que nunca perdieron la fe. De nuevo, una mala salida de la defensa visitante la aprovechó Giordana para robarse un balón y juntarse con Mackalister Silva, que dejó a Leo Castro de frente para vencer a Mele y conseguir el 2-0 que le daba el título a Gamero y su combo.
Junior ya tenía la obligación de ir a buscar el gol del empate en la serie y Millonarios comenzó a mover el equipo para aguantar el 2-0. Y lo logró, en un partido duro, en el que tuvo paciencia y en el que ahora celebra su tercer título con Alberto Gamero. Merecido, por demás.
José Orlando Ascencio
Subeditor de Deportes
@josasc