Diez días han pasado desde que la princesa de Gales fue sometida a una cirugía abdominal, cuya razón médica no fue desvelada por ninguna fuente oficial.
Kate permanece desde entonces en The London Clinic, un hospital privado donde seguirá al menos cinco días más, si no cambian los plazos ofrecidos por su entorno. Posteriormente, estará de baja hasta después de Semana Santa, en abril.
El Palacio de Kensington, el órgano encargado de informar sobre el estado y la evolución de la princesa de Gales, ha contado al diario The Telegraph, que Kate está en permanente contacto con sus tres hijos a través de videollamadas.
También que prevé mantenerse en activo y trabajar en los proyectos en los que está implicada, aunque lo más urgente y en lo que está volcada es en su recuperación.
La princesa de Gales retomará su vínculo con las organizaciones benéficas en las que tiene acciones en marcha, como es el caso de la campaña Shaping US, (Formándonos), dedicada a la salud mental de los niños.
Kate está acompañada en este proceso médico por su familia y también por su asistente privada, Natalie Burrows, que lleva un año trabajando mano a mano con ella.
De momento, Kate ha recibido, que se sepa, la visita diaria de su marido, Guillermo, que ha cancelado toda su agenda para estar con su mujer y sus hijos de 10,8 y 5 años, George, Charlotte y Louis.
Aunque se han hecho muchas especulaciones sobre los motivos médicos que han llevado a Kate al hospital, Kensington ha desmentido a los medios ingleses que se trate de cáncer.