La dureza de Bruselas ante los problemas de competencia ha vuelto a sacudir el mercado tecnológico estadounidense. Amazon se ha visto obligada a abandonar su acuerdo de compra del fabricante de Roomba, iRobot, por 1.400 millones de dólares, ante la amenaza de veto por parte de las agencias reguladoras de la UE.
La decisión es una señal de la intensa presión que enfrenta Amazon ante su creciente poder en el comercio minorista, la computación en la nube y el entretenimiento. La ruptura también ahorra a Amazon la tarea de frenar las pérdidas que sufre iRobot, cuya suerte ha empeorado en los últimos años.
En respuesta, el CEO de iRobot, Colin Angle, anunció su dimisión, mientras que la compañía informó del inicio de un plan de reestructuración que supondrá unos 350 despidos, cerca del 31% de la plantilla de la firma.
La ruptura del acuerdo, que obliga a Amazon a realizar un pago de compensación 94 millones de dólares a iRobot, se produce tras una decisión similar adoptada recientemente por Adobe, que abandonó la adquisición por 20.000 millones de dólares de la startup Figma después de enfrentarse a los reguladores antimonopolio en la UE y el Reino Unido.
Amazon decidió no ofrecer soluciones a las preocupaciones señaladas por los reguladores. La Comisión Europea había advertido que Amazon podría verse tentada a ocultar otros robots aspiradores en su plataforma y promocionar los productos de iRobot con etiquetas como “La elección de Amazon” o “Funciona con Alexa”. El regulador también dijo que a Amazon podría resultarle “económicamente rentable” excluir a sus rivales y había intentado presionar a la firma estadounidense para que ofreciera concesiones a cambio de la aprobación en Bruselas, sin éxito.
Amazon, que fabrica una amplia gama de productos electrónicos para el hogar, anunció su intención de adquirir iRobot en agosto de 2022, una medida que habría ampliado su presencia en el floreciente mercado de dispositivos domésticos inteligentes. La compañía con sede en Seattle también ha desarrollado su propia franquicia de robótica doméstica con Astro, un robot de seguridad para el hogar que se vende por 1.600 dólares y que ha comenzado a comercializar como guardia de seguridad empresarial.
Las ventas de iRobot han caído tras el fin de la era de la pandemia y el teletrabajo generalizado. La compañía, que había sido consistentemente rentable desde su oferta pública inicial en 2005, ha acumulado alrededor de 500 millones de dólares en pérdidas netas desde el segundo trimestre de 2021. En una actualización financiera este lunes, la compañía dijo que había sufrido una pérdida operativa ajustada de alrededor de 200 millones de dólares en 2023.