La seleccionadora nacional Montse Tomé ha declarado este viernes ante la Audiencia Nacional como testigo en la investigación del ‘caso Rubiales’, y ha asegurado que ella no deseaba asistir a la Asamblea que el expresidente de la RFEF, Luis Rubiales, ofreció tras el beso a Jenni Hermoso, sino que fue “el señor Vilda fue el que le dijo que tenía que asistir”, según han informado fuentes jurídicas a 20Minutos.
Además, la entrenadora asturiana ha defendido que no convocó a la delantera española, máxima goleadora histórica de la Roja, en su primera lista al frente del combinado nacional el pasado mes de septiembre por “motivos deportivos” y debido a la presión mediática a la que estaba siendo sometida entonces la jugadora.
Tomé ha afirmado en este sentido que no fue presionada para no llamar a Hermoso para los duelos de Nations League ante Suecia y Suiza, sino que fue decisión suya, pues consideró que la futbolista no había jugado muchos partidos durante la pretemporada.
La Asamblea de Rubiales
La seleccionadora sí que ha señalado a Vilda como la persona que le indicó que debía asistir a la polémica Asamblea de la Federación del 25 de agosto del año pasado, en la que Rubiales aseguró que no iba a dimitir y donde se vio a Tomé, que un día después puso su cargo a disposición de la RFEF, y otros miembros del cuerpo técnico de Vilda aplaudir el discurso del expresidente.
Con esta declaración, que el juez rechazó practicar en un primer momento y fue ordenada por la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional, pretendía indagar en si la decisión de Tomé de no convocar a Jenni Hermoso fue impuesta “por terceros” o estuvo relacionada con la negativa de la jugadora a firmar un comunicado conjunto con Rubiales.
Montse Tomé explicó en su día que no la convocó para “protegerla” de todo el ruido mediático generado y la jugadora se preguntó de qué o quién querían protegerla con esa decisión.
Rubiales y Vilda, a juicio
La semana pasada el juez propuso sentar en el banquillo a Rubiales, a Vilda, actualmente al frente de la selección femenina de Marruecos; al director deportivo de la selección masculina, Albert Luque, y al responsable de marketing de la RFEF, Rubén Rivera, por esas presiones a las que fue sometida Jenni Hermoso.
Tras varios meses de investigación, el juez concluye que el beso que Rubiales le dio a Jenni Hermoso en la ceremonia de entrega de trofeos del Mundial “no fue consentido” y respondió a “una iniciativa unilateral y sorpresiva” del expresidente de la RFEF, a quien ha investigado por un delito de agresión sexual y otro de coacciones.