La magnitud del significado de lo que se conoce como Inteligencia Artificial (IA) es exageradamente amplia. Cuando se habla de facilitar y mejorar procesos de todo tipo, ayudar y optimizar trabajos, investigaciones, disciplinas enteras y, cómo no, plantear riesgos e inseguridades a todos los niveles…, aparece la IA como un mantra permanente que todo lo abarca.
Las empresas en general, y las pymes y profesionales en particular, llevan algunos años inmersos en un proceso de transformación digital. Ahora llega una nueva tecnología, con un halo alrededor que genera expectativas a la vez que inquietudes, y que parece que es la solución a todos los males. Otro tren que no puede perderse.
Las dudas, normales, planean sobre su aplicación práctica, sobre su dificultad y, sobre todo, sobre el coste económico asociado a su implementación y uso. Dudas razonables pero de respuesta contundente. Las empresas y profesionales pueden aprovechar la tecnología de la IA ya mismo.
En el entorno digital se traduce en una serie de aplicaciones prácticas que pueden revolucionar la forma en que las pymes y los profesionales interactúan con su audiencia / mercado, gestionan sus operaciones y toman decisiones estratégicas. El marketing digital, por ejemplo, es un claro ejemplo del salto hacia adelante que se producirá con el uso de herramientas basadas en IA.
Personalización masiva: la IA permite analizar grandes volúmenes de datos para entender mejor las preferencias y comportamientos de los clientes. Herramientas como el aprendizaje automático pueden predecir las necesidades de los clientes incluso antes de que ellos mismos sean conscientes de ellas, permitiendo ofrecer recomendaciones personalizadas, crear contenido relevante y enviar mensajes de marketing en el momento justo.
Diálogo automático con el cliente: los chatbots impulsados por IA son capaces de gestionar consultas de clientes las 24 horas del día, los 7 días de la semana, con respuestas instantáneas y personalizadas. Esto no solo mejora la experiencia del cliente, sino que también libera a los empleados de tareas repetitivas para centrarse en actividades de mayor valor. Además, la IA puede analizar las interacciones con los clientes para identificar áreas de mejora y entender sus necesidades.
Mejores decisiones basadas en mejores predicciones: uno de los puntales de la IA es la capacidad de predecir tendencias y comportamientos futuros a partir del análisis masivo de datos. Las pymes pueden utilizar análisis predictivos para tomar decisiones informadas sobre todo. La anticipación de cambios en el mercado o en las tendencias del consumidor permitirá que las empresas sean proactivas en lugar de reactivas.
Para saber más, revista Catalunya