El futbolista brasileño Dani Alves fue condenado este jueves a cuatro años y medio de cárcel por un tribunal en Barcelona que lo consideró culpable de haber violado a una mujer en los baños de una discoteca de esa ciudad española a finales de 2022.
Los jueces estimaron “acreditado que la víctima no consintió y que existen elementos de prueba, además del testimonio de la denunciante, para entender probada la violación”, indicó el tribunal en un comunicado, dos semanas después del final del juicio.
Los magistrados le impusieron cinco años adicionales de libertad vigilada, orden de alejamiento de la víctima por nueve años y medio y el pago de una indemnización de 150.000 euros (unos 162.000 dólares). La Fiscalía, que dio credibilidad al relato de la denunciante desde el inicio de las investigaciones, pedía para él una pena de nueve años, y su defensa solicitaba su absolución.
Así quedó la estatua
Mucha indignación se generó en Juazeiro, Bahía, la ciudad natal del futbolista, donde los vecinos decidieron atacar la estatua con la que antes homenajeaban a Alves.
Fue una obra levantada en el año 2020 para reconocer la carrera deportiva del lateral derecho de clubes como el Sevilla y el FC Barcelona, y en la selección brasileña.
Después de conocerse su sentencia por agresión sexual, algunos de sus vecinos decidieron poner bolsas y cintas alrededor de la misma para taparla por completo.
Los residentes han presentado un reclamo oficial al ayuntamiento para que retiren de manera definitiva su estatua.
La estatua de Alves ya fue dañada antes del veredicto y eso llevó a su hermano, Ney Alves, a salir en su defensa: “Solo paso por aquí para recordarles que mi hermano está esperando juicio. La pregunta es: ¿y si demuestra su inocencia? ¿Si es absuelto? ¿Qué haremos?”, dijo en su momento en redes sociales.
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