Las alergias alimentarias son comunes y muy diversas, se calcula que afectan aproximadamente al 4% de la población adulta y a un 8% de los niños, y provocan síntomas que pueden variar desde una leve reacción hasta la anafilaxia, un proceso que puede poner en riesgo nuestra vida.
Actualmente los principales tratamientos contra este tipo de alergias consisten en restringir el alimento alérgeno de la dieta, y frenar las reacciones graves en el momento en que ocurren, pero no existe una solución que impida que esta respuesta desproporcionada de nuestro sistema inmunitario se desarrolle.
La mayoría de las reacciones más graves son desencadenadas por ciertas proteínas que se encuentran en alimentos como el marisco, los frutos secos, el huevo, la leche, el trigo o la soja, entre otros. Según señala la Fundación Seguridad Alimentaria y Prevención de Alergias (FSA) este tipo de alergias han aumentado siete veces los ingresos hospitalarios en los últimos 10 años.
Interesados en esta morbilidad sustancial, un grupo de expertos en pediatría se ha cuestionado si existe algún medicamento capaz de reducir los síntomas graves, y que pueda ser usado como monoterapia en pacientes con múltiples alergias alimentarias.
Su estudio, publicado recientemente en la revista médica The New England Journal of Medicine, se ha centrado en omalizumab, un anticuerpo monoclonal que se utiliza para tratar el asma bronquial alérgico.
¿CÓMO SE HA LLEVADO A CABO?
Los investigadores estudiaron un grupo de 180 personas, principalmente niños y adolescentes, con una alergia reconocida al cacahuete y que, además, tuvieran al menos otras dos alergias alimentarias que coincidieran con los alérgenos más comunes.
Durante un periodo de tiempo mínimo de 16 semanas, estos individuos recibieron una o dos inyecciones al mes, la mitad de ellos con omalizumab y la otra mitad con un placebo. La dosis del medicamento estaba basada en el peso de cada persona y sus niveles de inmunoglobulina E (IgE).
Este ensayo clínico está enfocado a mejorar la calidad de vida de las personas con múltiples alergias alimentarias, dado que sus efectos severos pueden condicionar algunos ámbitos de la vida cotidiana de las personas por el miedo a entrar en contacto con los alérgenos.
Así, el uso de un medicamento como omalizumab podría, potencialmente, proteger contra la exposición accidental a estos alimentos y reducir el riesgo de sufrir reacciones graves o incluso una anafilaxia, que requieren de intervención médica inmediata. Este compuesto se une a la inmunoglobulina E, el anticuerpo que causa las alergias, y la bloquea, evitando que desencadene este tipo de reacciones en el sistema inmunitario.
¿qué resultados HA obtenido del estudio?
Después de las primeras 16 semanas de tratamiento continuado, aproximadamente el 67% de los participantes que habían recibido omalizumab pudieron tolerar una pequeña dosis de 600mg o más de proteína de cacahuete. Este número contrasta fuertemente con el de los participantes que recibieron el placebo: en este grupo, sólo un 7% cumplieron este criterio de valoración.
Es más, el 44% de los individuos del grupo de omalizumab pudieron consumir dosis superiores a 6044mg, una cantidad que equivale a unos 25 cacahuetes, y también toleraban mejor otros de los alérgenos más comunes. Por tanto, el componente demuestra ser eficaz en reducir la gravedad de las reacciones alérgicas causadas por estos alimentos.
Aun así, hay que tener en cuenta que los medicamentos creados con omalizumab, como es el caso de Xolair, no eliminan estas alergias sino que ofrecerían una nueva forma de paliar sus efectos. La vigilancia durante la alimentación y la posible aparición de síntomas todavía sería necesaria. Sin embargo, esto ya produciría cambios sustanciales en la forma en que un gran porcentaje de estas personas se relaciona con la comida.