Entre los diferentes temas que trata la Revista General de Marina del mes de marzo 2024, se encuentra un artículo que hace hincapié en los patrulleros españoles de pequeño porte más antiguos, aludiendo a la necesidad de sustituirlos por otras opciones más renovadas, contribuyendo a mejorar la seguridad marítima.
Se trata del artículo Adquisición de patrulleros de pequeño porte, firmado por el teniente de navío Juan Manuel Robles Arnao, que pone en relieve que, tras la crisis de 2008 y las restricciones presupuestarias, la Armada Española dejó de contar con cinco patrulleros de clase Barceló, cuatro de clase Conejera y siete de clase Anaga.
Así, actualmente, la Armada solo cuenta con un patrullero de clase Anaga, que tiene 42 años de actividad, así como con los de la clase Toralla, construidos en 1987, y el P-114 de 1979.
Ante esta antigua flota de patrulleros y con el gran salto tecnológico de los últimos años, el artículo pone de manifiesto la falta de rendimiento de estos equipos a la hora de llevar a cabo operaciones de vigilancia y seguridad marítima.
Ejemplo de ello es que “todas ellas carecen de sistemas de comunicaciones por satélite que les permitan enlazar con el COVAM (Centro de Operaciones y Vigilancia de Acción Marítima) en tiempo real en el caso de detectar algún incidente o amenaza para la seguridad marítima”, obligando a que estos patrulleros solo puedan usarse en zonas costeras dentro del alcance de radio y cobertura telefónica.
Además, estos patrulleros “cuentan con un armamento muy antiguo y poco práctico para su entorno operativo”, se explica. “La falta de redundancia en equipos vitales, la carencia de un sistema de vigilancia electroóptico y una embarcación semirrígida muy pequeña son aspectos críticos para su rendimiento!, añade el experto.
Es cierto que las Fuerzas Armadas cuentan actualmente con dos nuevos grandes buques y otros proyectos aprobados por Defensa, aunque “parece que el relevo de los patrulleros de pequeño porte no está en la hoja de ruta actual”.
Opciones para sustituir los patrulleros antiguos
De hecho, el mencionado artículo pone de manifiesto que “existen numerosas opciones en el mercado nacional que podrían considerarse si se busca un relevo eficaz para los buques más veteranos”.
Así, se cita a los barcos de producción nacional de Astilleros Armón, como los de la serie Patrol H35 o Río Arlanza: “Se trata de un patrullero construido en aluminio, con unas dimensiones de 35 metros de eslora y ocho de manga. Estas unidades cuentan con un alto grado de automatización que permite que su dotación de ocho personas pueda controlar el gobierno, la propulsión y los sistemas auxiliares desde el puente”.
Por otro lado, están también las patrulleras Rodman 130 y 138, que son fabricadas por el astillero vigués Rodman, “con una eslora superior a 40 metros y manga de 8,4, cuentan también con dos motores diésel”. además, consiguen una velocidad máxima de 23 nudos y 2.000 millas de autonomía.
Por último, y como tercera opción, estaría la del programa Avante 300 de Navantia, del que no se ha construido ninguna unidad. Según el astillero, “se trata de un buque mucho más ambicioso, de mayor tamaño (600 toneladas y 55 metros de eslora) y mejores capacidades. Ofrece dos versiones: el coastal patrol boat y el fast attack craft”.