La inteligencia artificial (IA) ha alcanzado un nuevo hito con el lanzamiento de Sora por parte de OpenAI, la empresa detrás de ChatGPT. Sora, que significa cielo en japonés, es una herramienta que promete revolucionar la creación de vídeos y ha generado expectativas y preocupaciones por igual.
Expertos en la materia la han elogiado por superar a todas las herramientas previas. ¿Qué implica esta innovación para el futuro del vídeo y cuáles son los posibles riesgos asociados? Sora es capaz de generar fragmentos de vídeo a partir de instrucciones de texto con una calidad, según los expertos del sector audiovisual, excelente.
Aún no se ha lanzado al público, ya que está en proceso de validación y pruebas exhaustivas para evaluar sus posibles riesgos. La creación de vídeo con IA introduce complejidades y desafíos únicos, superiores a los encontrados en la generación de texto, debido a su capacidad para transmitir información.
Hay que ser positivo y optimista y mirar la tecnología de la IA con los mejores ojos. Puede que para el sector audiovisual se esté abriendo un nuevo campo de posibilidades, prácticamente ilimitadas. La posibilidad cierta de clonar la realidad de forma visualmente perfecta plantea también algunos temores a los directamente afectados, véase el reciente conflicto de guionistas y actores en la meca del cine.
El impacto va más allá, sin duda. Más del 80% del tráfico en Internet es vídeo, y hasta ahora un gran porcentaje era un contenido que provenía de la grabación de algo real. La irrupción del vídeo generado por texto rompe todos los esquemas y nos aboca a escenarios sorprendentes a la vez que inquietantes.
Unos escenarios que ¿serán positivos, al ofrecer más opciones, más variedad, más calidad y más libertad? Esta afirmación ya no se la cree nadie. La aparición del texto e imagen generado con tecnología de IA (ChatGPT) ya está encendiendo todas las alarmas, desde la evidente vulneración de los derechos de autor a los casi seguros puestos de trabajo que se verán sustituidos por un chip al que consideramos inteligente.
En el vídeo, que es de lo que tratamos en este artículo, los problemas se multiplican pues es un formato que es capaz de transmitir más información y de forma más atractiva que el texto plano y la imagen. Hay movimiento y normalmente hay sonido. Y si la información es más atractiva puede llegar a generar un mayor impacto emocional y transmitir una mayor sensación de veracidad. Tenemos todos los componentes para construir un mensaje más creíble. Sea verdadero o sea falso.
La llegada de Sora al mundo de la inteligencia artificial no sólo marca un hito tecnológico, sino que también nos sitúa en la encrucijada de oportunidades y desafíos éticos. De cómo superemos estos retos dependerá el futuro de la información y la esencia misma de la percepción de la realidad.
Para saber más, revista Catalunya