Hay una empresa californiana capaz de provocar sudores fríos a Nvidia. Cerebras se jacta de haber creado un chip 50 veces más potente que el H100, el mejor de su rival, y presume de los superordenadores que tiene en marcha, también de los más punteros en inteligencia artificial (IA). Aunque es una compañía privada, con inversores como Sam Altman, el creador de ChatGPT, podría salir a bolsa este mismo año, coincidiendo con el auge de la IA en el mercado.
Hace unas semanas, Cerebras presentó su último procesador, el WSE-3. La compañía presume de que este chip ha roto la Ley de Moore, una premisa en la que se basa el sector desde la década de los setenta, que sirve para medir la evolución de la industria y su exponencial avance. Esta ley auguró que el número de transistores de un circuito integrado se duplicaría cada dos años desde 1975. Desde que se creó el primer transistor hasta que los científicos descubrieron que podían ensamblar varios transistores en una misma lámina, creando un circuito integrado, pasaron diez años.
El WSE es un modelo de procesador de Cerebras y el recién presentado es su última versión. En relación a esta saga de productos, la firma dice: “La introducción del Wafer Scale Engine (WSE) en 2019 rompió una ley que rigió la industria durante 50 años”. Esta tercera versión cuenta con cuatro billones de transistores, 50 veces más que los 80.000 millones de transistores del mejor chip de Nvidia, el H100. Esto determina la potencia de un procesador. Además, el WSE-3 tiene 900.000 núcleos, otra especificación técnica que se refiere a la cantidad de operaciones que se pueden realizar, 52 veces más que su competidora, según Cerebras. Nvidia ya ha presentado una versión mejorada del H100, el H200, que aún no se comercializa, pero que empezará a hacerlo a lo largo de este trimestre.
De momento, la empresa californiana es pequeña en comparación con la de Jensen Huang, ya que tiene una valoración de 4.300 millones de dólares, según la firma de análisis especializada en mercados de capitales PitchBook. Es una firma privada y, entre sus inversores está Sam Altman, el creador de ChatGPT y consejero delegado de OpenAI. Ilya Sutskever, también fundador de OpenAI, o Adam D’Angelo, exdirector de tecnología de Meta, están asimismo en su capital.
Cerebras fue fundada en 2016 y todo apunta a que este año será el de su salida a bolsa. Aunque no hay planes oficiales al respecto, PitchBook tiene un modelo con el que analiza posibles Ofertas Públicas Iniciales (OPI) y da una probabilidad del 97% de que esto suceda para la firma de computación. Además, fuentes cercanas a la compañía han dicho a Bloomberg que se está valorando esta operación y, que, como pronto, se llevaría a cabo este año.
Actualmente, las firmas de chips están entre las grandes beneficiadas en bolsa del auge de la inteligencia artificial (IA). Nvidia ha subido un 219% en el parqué en los últimos 12 meses, Supermicro ha ganado un 796%, Arm se ha revalorizado un 104% y TSMC un 51%.
Más allá del WSE-3 de Cerebras, la compañía está trabajando con Emiratos Árabes Unidos en la fabricación de varios superordenadores de IA, de los cuales, dos ya están en funcionamiento y, desde el mes pasado, ya están trabajando en el tercero. La estadounidense está llevando a cabo este proyecto con la empresa de Abu Dhabi G42, controlada por Sheikh Tahnoon bin Zayed Al Nahyan, el asesor de Seguridad Nacional emiratí.
El superordenador de Cerebras y G42 es capaz de entrenar el modelo de lenguaje de Meta, su ChatGPT, Llama, en un solo día, mientras que la compañía tardó más de un mes, lo que revela el salto en la capacidad de computación de sus sistemas. Otro ejemplo está en el propio modelo de ChatGPT, que tiene 1,8 billones de parámetros, y el tercer superordenador de ambas empresas será capaz de entrenar modelos de 24 billones de parámetros.
Cerebras es una compañía que está muy bien posicionada para proveer con procesadores a los sistemas actuales y futuros de IA. Aunque su recorrido es mucho más corto en relación al de Nvidia, la reina de la IA tiene un serio rival.