Tras ganar hace una semana el Tour de Flandes, Mathieu van der Poel (Alpecin Deceuninck), campeón del mundo en ruta, agrandó su leyenda con un aplastante triunfo en solitario en la 121 edición de la París Roubaix, disputada a través de 259,7 kilómetros entre Compiègne y el velódromo de Roubaix, donde renovó el título de 2023.
Triplete en Flandes, doblete en Roubaix, a sus 29 años Van der Poel consiguió su sexto ‘monumento’ y fiel a lo que sabe hacer encima de la bicicleta.
“Fue el rey de los adoquines, imponiendo su poderío en solitario en los 60 últimos kilómetros, donde inició el sendero de gloria. La cabalgada le permitió llegar al mítico velódromo de Roubaix con tiempo para degustar su gesta, con un tiempo de 5h.26.01, a una media de 47,8 km/hora”, dijo AFP.
Y agregó: “Sus perseguidores terminaron la jornada a 2.57 minutos, con el belga Jasper Philipsen segundo haciendo doblete para el Alpecin. Tercero fue el danés Mads Pedersen (Lidl) y cuarto el alemán Nils Politt (UAE).
El problema
Todo indica que el corredor neerlandés no tiene límites, pues el encargado de desbaratar el lote a 91 km de la meta y luego se lanzó en solitario y nadie le pudo seguir la rueda.
“Es difícil de creer, y lo he vuelto a lograr con nuestro equipo. Alpecin-Deceuninck quizás ha sido incluso más fuerte que el año pasado. Estoy muy orgulloso de los compañeros”, dijio.
Y agregó: “En realidad ese no era el plan. Sólo quería hacer la carrera difícil a partir de ahí. Ese es mi punto fuerte. Me sentí súper bien hoy y sabía que había viento de cola durante la mayor parte del camino hasta la meta. Tuve un día realmente bueno”.
Sin embargo, se presentó un problema. Van der Poel tuvo una acción antideporte y reprochable de una aficionada, que le lanzó una gorra de ciclista a la llanta trasera del corredor.
Claro, no pasó nada, pero la indignante imagen quedó grabada en el video de la competencia oficial.