El jugador Xabi Alonso era como un prematuro entrenador. Su manera de mirar la cancha desde el mediocampo, su elegancia y precisión para distribuir los pases y su liderazgo para guiar al equipo lo hacían ver como un técnico en potencia. Era cuestión de tiempo para que el elegante jugador se retirara, agarrara el tablero táctico y empezara a enseñar lo que sabía. Apenas tiene 42 años y se ha convertido en el técnico más codiciado de Europa, al liderar una sorprendente campaña del Bayer Leverkusen de Alemania, con el que aspira a ganar el triplete: Bundesliga, Copa alemana y Liga de Europa.
Cuando se habla de entrenadores de fútbol se suele mirar qué están inventando Guardiola, Klopp, Mourinho, Ancelotti… esos técnicos consolidados, todopoderosos que han plasmado ideas que revolucionan. Pero en la última temporada las miradas voltean con sorpresa y admiración hacia este técnico español, nacido en Tolosa, País Vasco, un técnico que mantiene ese rastro del gran mediocampista que fue. Esa fue su carta de presentación para ser entrenador, fue un gran jugador en equipos como Liverpool, Real Madrid y Bayern de Múnich. Cuando llegó a la dirección técnica plasmó su estilo con éxito y lo está haciendo tan bien que hoy tiene encantado al fútbol mundial.
No es solo como juega este equipo alemán, que tiene 119 años de historia, sino los resultados que obtiene y que avalan la capacidad de Xabi. Bayer Leverkusen es el equipo sensación de Alemania y de Europa. Es el sólido líder de la Bundesliga y va camino a ser campeón, por primera vez, lo cual ya será un hito para el entrenador español. Tiene 16 puntos de ventaja sobre el segundo, que es el poderoso Bayern de Múnich, así que este fin de semana podría certificar su corona, a falta de seis jornadas.
Pero eso no es todo. Lo que sorprende es su imbatibilidad. Bayer Leverkusen no ha perdido en toda la temporada, no sabe lo que es la derrota, no conoce esa palabra que en alemán se dice Verlust. Xabi no la conoce, parece que en su alemán solo sabe decir ganar, ganar, ganar, gewinnen. Su invicto es de 41 partidos: 28 de la Bundesliga, cinco de la DFB Pokal (Copa alemana) y ocho de la Europa League (los seis de la fase de grupos y los dos de octavos de final). En total, lleva 36 victorias y cinco empates. Este jueves enfrenta de local al West Ham inglés en la ida de cuartos de Europa League, oportunidad para demostrar que en verdad van por el torneo europeo (el segundo después de la Champions).
Como si fuera poco, el equipo está clasificado a la final de la Copa alemana, que disputará contra el Kaiserslautern, el 25 de mayo. Por todo esto es que el Bayer Leverkusen ha opacado el dominio del Bayern de Múnich, que aunque está en la Champions, ha cedido poder.
El estilo Xabi
“Pero vaya, no es solo la forma en que juegan, no han perdido ni un partido en la Europa League, en la Pokal de Alemania y en la Bundesliga, están jugando increíblemente bien” fueron las palabras de Pep Guardiola, el DT del Manchester City, para elogiar a su colega español.
Guardiola conoce bien a Xabi. Fue uno de sus maestros, lo dirigió en el Bayern de Múnich entre 2014 y 2016, digamos que pulió esos conocimientos innatos que ya tenía el jugador y quizá le despertó algunos conceptos escondidos. “Es uno de los mejores centrocampistas que he visto en mi vida. Entiende el juego, tiene curiosidad por conocer sobre el juego, sobre lo que hay que hacer para ganar, está involucrado y tiene curiosidad por conocer todo lo relativo al juego”, dijo Guardiola cuando Xabi anunció su retiro. Además, por ese entonces, 2017, agregó que estaba seguro de que Xabi volvería pronto, como entrenador.
No se equivocó Guardiola. Xabi empezó muy rápido su tránsito hacia la dirección técnica, que era una vocación que le brotaba, que se le salía de su traje de futbolista. Ya retirado, podía asumir ese rol. Empezó como entrenador de la sub-14 del Real Madrid, luego pasó a la Real Sociedad B, donde logró un ascenso de tercera a segunda división. Y ya en octubre de 2022 fue anunciado como el nuevo entrenador del Bayer Leverkusen, para sorpresa de muchos, para malestar de los escépticos, pues se trataba de un club con mucha historia, pero escaso de títulos, un club tan emparentado con la mala suerte que se le llegó a llamar el ‘Neverkusen’, el equipo que nunca gana, un equipo maldito que siempre pierde en los momentos definitivos. Así que Xabi fue visto con desconfianza por su inexperiencia en el banquillo.
Además, llegó a un club en crisis, que era penúltimo en la Bundesliga y estaba en zona de descenso. Xabi cerró todas las bocas. El comienzo, como todo, fue adverso, con algunas derrotas, hasta que Xabi pudo arrancar una temporada completa, la actual, con su planificación, con sus fichajes, armó un equipo a su gusto, con jugadores como el suizo Granit Xhaka, que es el eje, y otros muy importantes como el alemán Andrich, el español Grimaldo o el nigeriano Bonifase (también cuenta con el colombiano Gustavo Puerta, que ha jugado poco, pero ha despertado el interés de Alonso), y ahí empezó el despertar del Leverkusen que quería devorarse todo.
La principal novedad que instauró Xabi Alonso fue la idea de juego, con un 3-5-2 como sistema táctico base, mutando a un 5-4-1 o un 5-2-3, sistemas con los que el DT les saca mucho provecho a sus carrileros y les da preponderancia a sus mediocampistas, posición que conoce muy bien. Su equipo practica la posesión de balón, pero con juego directo, con pases progresivos. Bayer es un equipo que gusta, pero que es agresivo, demoledor y seguro.
De sus entrenamientos, se conoce que Xabi es muy participativo, es de los que están en la cancha, con la pelota en los pies, es de los que tiran los pases largos para enseñar cómo es que se hacen, con una precisión que envidiaría cualquiera. Los jugadores lo admiran, le creen, lo respetan. “En mi caso, la pasión es la misma, tanto en el césped como en el banquillo. Disfruto muchísimo. A los jugadores no les cuento batallitas. Me gustaría volver a estar en el campo, pero ahora no es posible. De vez en cuando me pongo a hacer rondos en los entrenamientos. Trabajo mucho en el campo, por líneas, por fases, y cuando hay tiempo, por asociaciones, en pequeñas sociedades”, dijo Xabi en una entrevista con Jorge Valdano.
El Bayer Leverkusen de Xabi arrancó la temporada con ritmo aplastante, goleando rivales; tuvo la primera prueba de fuego de visita al Bayern de Múnich y le empató 2-2, el equipo creció en confianza, se dio cuenta de que podía desafiar a los poderosos. En la segunda vuelta, cuando volvió a enfrentar al Bayern de Múnich, pero de local, lo despachó 3-0, ya era un equipo afianzado, imponente. Ese ritmo victorioso lo asumió en cada juego y en cada competición, como en la Liga de Europa: fue primero de su grupo, luego sacó al Qarabag de Azerbaiyán y va por el West Ham.
No se va
“Mi trabajo no ha terminado”, dijo Xabi en una rueda de prensa en la que saltaron titulares como dinamita, explotando por todas partes, porque Xabi se convirtió en el técnico más cotizado del momento, y a todos sus pretendientes les dio un certero no. Lo quería el Liverpool (cuando se vaya Klopp al final de la temporada), lo quería el Real Madrid, el propio Bayern de Múnich. Y no, Xabi por ahora no se va.
“Quiero ayudar a los jugadores a desarrollarse. Aquí todo es fantástico. Todavía soy un entrenador joven y creo que esta es la mejor decisión para mi futuro”, dijo el entrenador, que quiere hacer historia esta temporada y luego encaminar sus objetivos hacia la Liga de Campeones.
Xabi Alonso es visto como el encargado de recoger la posta para ponerse a la altura de los entrenadores más prestigiosos del mundo. Tiene por delante un triplete para certificar que es el técnico del momento, el técnico del futuro…
PABLO ROMERO
Redactor de EL TIEMPO
@PabloRomeroET