Pocas veces nos damos cuenta de la importancia de la estrategia y del rol de los entrenadores en MMA como en UFC 301, donde el australiano Steve Erceg tiró su pelea por la borda en el último asalto. Y es que, si esto pasó, se debió a que el retador apostó, a instancias de su esquina, por el wrestling justo cuando la pelea le pedía striking. Pocos luchadores tienen una oportunidad como la que UFC le dio a Erceg, así que no habrá pasado buena noche el luchador.
El primer asalto fue de tanteo, con muchas acciones intermitentes, aunque era Pantoja quien ponía más de su parte, yendo hacia adelante primero con el striking y luego con el grappling. En esta faceta, por cierto, la diferencia de nivel entre Pantoja y Erceg fue bastante notoria. Nunca pudo el australiano poner en apuros al campeón con su lucha. Asalto para el campeón.
En el segundo asalto la dinámica de la pelea fue parecida, con Pantoja imponiendo de nuevo su grappling sobre Erceg. Eso sí, según fue avanzando el asalto Erceg empezó a imponer su striking. Fue un round parejo que dos de los jueces le dieron al aspirante. La pelea se empataba.
Dificultades para Pantoja
En el tercer asalto Pantoja empezó a perder ritmo, pero consiguió derribar en su fase final gracias, de nuevo, a su lucha. Es cierto que para derribar a Erceg pagó un peaje considerable al comerse un codazo de su rival, pero le valió para ganar el asalto y ponerse otra vez por delante (2-1).
En el cuarto ya vimos a un campeón evidentemente cansado y a un Erceg que, cada vez más, controlaba el centro del octágono con sus manos. Fuera de los dominios del grappling, Erceg conseguía sus mejores resultados. Sin poder derribar, Pantoja cedió el asalto y la dinámica ganadora. La pelea se empataba de nuevo (2-2).
El error de Erceg
Ahora bien, con el viento a favor, Erceg se fue a su esquina, que le indicó que debía “finalizar” la pelea. Con esta instrucción, el australiano salió al octógono y decidió llevarse la pelea al grappling. Sí, al grappling, precisamente aquella faceta del juego en la que llevaba perdiendo toda la noche. No es de extrañar, por tanto, que su intento de derribo no saliera bien y que Pantoja se hiciera con el último y definitivo asalto. Qué diferente habría sido seguramente el resultado si el retador hubiera continuado imponiendo su boxeo, como en el asalto anterior.