Psicología y Economía se aúnan en una línea de investigación recientemente abierta y que estudia cómo la mentira afecta a las decisiones económicas.
El primer estudio en esta línea de investigación lo han llevado a cabo Ismael Rodriguez-Lara, de la Universidad de Málaga (UMA) en España, y Gary Charness, de la Universidad de California en Santa Bárbara, Estados Unidos. A este último se le considera uno de los economistas más influyentes del mundo dentro del área experimental.
Los investigadores han analizado la forma en la que la moral influye en el grado en el que se engaña ante determinadas situaciones económicas.
“En muchas situaciones económicas como la declaración de impuestos o el fraude fiscal, por poner algunos ejemplos, es muy importante entender cuándo, cómo y por qué la gente miente”, señala el investigador de la UMA.
A partir de experimentos realizados el pasado año en el Reino Unido, se ha demostrado que son los “costes morales”, que precisamente engloban aspectos no económicos, los que determinan que la mentira sea menor. En total se ha estudiado a un millar de personas.
“Lo normal es considerar que el grado de mentira está afectado por cuestiones económicas como los beneficios que obtenemos o los posibles costes que se tengan que pagar, en forma de multas”, explica Rodríguez-Lara, quien añade que, sin embargo, los resultados obtenidos con esta investigación muestran que la moral también es importante: “cuando la información que se transmite es personal, entonces se miente menos que si la información es impersonal”, afirma.
Ismael Rodríguez-Lara, profesor de la Universidad de Málaga. (Foto: Universidad de Málaga)
En este sentido, el catedrático de la UMA aclara que esto se debe a factores relacionados con las expectativas de las personas de no defraudarse a sí mismas, así como de diferenciarse del resto. “La gente tiene un mayor coste moral de mentir cuando la información es personal porque saben que es mentira y no puede engañarse a sí misma. Si esa información es impersonal, se autoengañan para creer que la información que transmiten es cierta”, asegura.
Según el catedrático, este hallazgo es relevante porque “trabajando el discurso, es decir, el modo en el que se plantee la cuestión económica, se podría condicionar la respuesta, disminuyendo la mentira”.
El estudio se titula “Personal lies”. Y se ha publicado en la revista académica Economics Letters.
El próximo estudio en esta línea de investigación sobre la mentira y el comportamiento ético se completará con uno en el que ya se está trabajando, que aborda también la influencia del esfuerzo en la mentira. Ello incluye una estancia de Ismael Rodríguez-Lara en la Universidad Chapman de California. En esa institución estadounidense trabajan, entre otros, el Premio Nobel de Economía de 2002, Vernon Smith. (Fuente: Universidad de Málaga)